Ladrido
El ladrido es una pauta de comportamiento genéticamente programada, que cumple funciones específicas en la expresión de los caninos. Sin embargo, los perros pueden utilizar el ladrido en situaciones muy diversas y para diferentes fines cuando obtienen una recompensa. Es decir que si bien el ladrido es un comportamiento innato que para su manifestación no requiere aprendizaje, su utilización por parte de los perros puede verse influida por este proceso.Un ejemplo típico es los perros que ladran para solicitar parte del alimento que está comiendo su dueño, quien, con el fin de callarlo, satisface la demanda del animal. Otro ejemplo es aquellos perros que ladran llamando la atención del propietario ya sea para jugar o salir a dar un paseo, porque saben que con esa actitud convencerán al dueño de que haga lo que ellos quieren. Vemos de esta forma cómo el ladrido puede adquirir diferentes funciones a través del aprendizaje, según los resultados obtenidos por el animal al emitir esta vocalización.Las funciones específicas del ladrido es decir, aquellas comunes a casi todos los perros y a los lobos- son básicamente cuatro. Una de ellas es la de llamar a todos los miembros del grupo para iniciar una acción. En los lobos esta acción se relaciona por lo general con las cacerías, mientras en los perros, con los juegos o paseos.El ladrido cumple también una función de alarma, la cual fue especialmente seleccionada por el hombre durante la domesticación. En este caso, el ladrido sirve para avisar al resto del grupo que algo extraño sucede, como por ejemplo que un intruso está intentando ingresar en el domicilio de la familia con la cual convive el perro.Otra de las funciones del ladrido es la de amenaza. Utilizando el ejemplo anterior, el ladrido estaría orientado en este caso hacia el intruso, no hacia el grupo de pertenencia del perro. Su objetivo es el de amedrentar al extraño y persuadirlo de alejarse del lugar.Por lo tanto, es probable que el perro utilice el ladrido como una señal de alarma o como una amenaza ante la presencia de extraños. Debido a que en la alarma y en la amenaza están presentes tanto la agresividad como el temor, es importante escuchar el tono del ladrido para conocer el estado emocional del emisor. Si el ladrido tiene un tono alto, es muy probable que el miedo del animal sea mayor que su nivel de agresividad; por el contrario, si la agresividad prevalece por sobre el temor la vocalización será de tono bajo. Es interesante saber, sobre todo para aquellos amantes de las comparaciones, que los psicólogos han identificado las mismas características en las personas. Cuando alguien está enojado y agresivo emite una voz grave (tono bajo), mientras que si tiene miedo la voz será aguda y chillona (tono alto).La frecuencia con la que un perro emite el ladrido también puede reflejar su estado emocional. Si es elevada, es decir si la vocalización se repite con rapidez, el perro se encuentra muy excitado; por el contrario, si los sonidos son poco frecuentes o muy espaciados, indican un menor grado de excitación. En el primer caso intentar modificar la actitud del perro resultará una tarea dificultosa, mientras que en el segundo caso será más fácil cambiar su estado de ánimo. Esto estaría indicando que el ladrido también puede servir para aliviar tensiones. Un claro ejemplo son aquellos perros que ladran por ansiedad cuando los dueños los dejan solos. Si la ansiedad es muy intensa, los perros emitirán sus ladridos con gran frecuencia e intensidad, mientras que si la ansiedad es baja la frecuencia e intensidad de esta vocalización será menor.
Gruñido
El gruñido es una vocalización de tono bajo cuya función primordial es la comunicación del estado agresivo del emisor. Al igual que otras vocalizaciones, el gruñido está generalmente acompañado de determinadas posturas corporales. De este modo mediante diferentes combinaciones de ambas el emisor manifiesta un estado emocional complejo.Un perro cuyo nivel de agresividad es muy superior al temor gruñirá y, al mismo tiempo, retraerá los labios para mostrar sus dientes durante el encuentro con un rival canino o humano antes de atacar. En este caso la postura será la que indique la inminencia del ataque. Sin embargo, en esta situación existe un mínimo nivel de miedo, ya que si no fuera así el ataque sería silencioso. Si en cambio el gruñido se presenta solo, aunque el nivel de agresión sigue siendo alto, existe algo más de temor. Esto indica que el ataque podría no ser tan inminente a pesar de que la probabilidad de que se produzca todavía será muy elevada. Si el miedo continúa aumentando en detrimento de la agresividad, seguramente los gruñidos comenzarán a alternarse con ladridos y el riesgo de un ataque será menor que en los otros casos. Si el gruñido desaparece y sólo están presentes los ladridos, significa que el perro está en una situación de conflicto interior: no se anima a atacar pero tampoco siente tanto temor como para huir. Esta explicación es la que da sustento y cierta validez al famoso dicho popular "perro que ladra no muerde". No obstante, si en algún momento la agresión supera al temor el perro podrá atacar, hecho que demuestra que a los perros poco les importan los refranes humanos.Finalmente, existe una situación en la cual se combinan el gruñido y la actitud de mostrar los dientes, en la que los niveles de agresividad y temor son ambos muy elevados. Si un perro se ve acorralado por un congénere o una persona y sin posibilidad de escapar, desplegará estas pautas comportamentales hasta que el agresor trasponga una determinada distancia, denominada "distancia crítica", momento en el cual pese al miedo atacará de inmediato. El concepto de distancia crítica se define como aquella distancia en la que un animal amenazado por otro y sin posibilidades de escapar despliega un comportamiento agresivo como única alternativa de defensa. Todos alguna vez hemos escuchado el dicho "atacó como rata acorralada", que ilustra el principio recién mencionado. Si de comparaciones se trata, esto puede ser válido en el caso de las ratas como en el de los perros y por qué no también en el de los seres humanos.
Gemido
El gemido es un sonido lastimero y de tono alto aunque suave. Cuando los cachorros pasan a ser parte de una familia humana suelen gemir cuando los dejan solos, lo cual constituye no sólo un llamado para la obtención de compañía sino también una forma de manifestar la ansiedad y la angustia que les provoca esta situación.Esto mismo ocurre en los animales adultos cuando experimentan situaciones de frustración, como cuando el propietario de un perro lo encierra en el jardín mientras él se queda en el interior de la casa. El perro posiblemente comience a gemir para liberar la ansiedad que genera el encierro. Además, si mediante esta reacción innata el animal consigue llamar la atención del dueño y entrar nuevamente en la casa, en el futuro emitirá este sonido cada vez que se vea sometido a la misma situación. En este caso la motivación del comportamiento en cuestión será diferente de la anterior ya que el perro a través del aprendizaje habrá asociado que la emisión de gemidos está relacionada con su reingreso al interior del hogar.
Gañido
El gañido es una vocalización aguda y desapacible, emitida generalmente en situaciones de dolor físico o ante un disturbio emocional intenso, como por ejemplo un susto repentino. La intensidad de este sonido y la frecuencia con la que es emitido dependen de la magnitud del estímulo que lo produce y de la sensibilidad del individuo. El gañido es más frecuente en los cachorros y en los individuos adultos de tipo sumiso.Si bien puede ser emitido en diversas circunstancias que generen dolor o miedo, por lo general ocurre en dos situaciones que tienen suma importancia en el comportamiento social del perro. La primera de ellas es la que se presenta durante el juego de los cachorros en la etapa en la cual se modela su comportamiento social. Si un cachorro muerde fuerte a otro, el agredido emite un gañido e interrumpe el juego; esto hace que el "agresor" aprenda a regular la intensidad de su mordida. La segunda situación ocurre cuando un perro adulto agrede a un cachorro o a otro perro adulto sumiso. En este caso el gañido forma parte del comportamiento de sumisión y tiene por finalidad inhibir la agresión del individuo dominante.
Aullido
El aullido es una señal auditiva que consiste en un sonido continuo cuya duración varía de uno a once segundos y que fluctúa en un rango de 150 a 780 ciclos por segundo. Esta vocalización es mucho más frecuente en los lobos que en los perros, debido a los diferentes estilos de vida de los lobos con respecto a sus parientes domésticos.El aullido tiene como principal función decidir y coordinar los movimientos de la manada, desde las travesías hasta las cacerías. El perro que es alimentado y sacado de paseo por su dueño no tiene necesidad de organizar el grupo y por lo tanto habitualmente no tiene grandes motivaciones para emitir esta vocalización.No obstante, los perros suelen aullar en dos circunstancias bien definidas. Una de ellas ocurre cuando un perro es dejado repentinamente solo. La soledad estimula la emisión del aullido, que tiene la misma función que en los lobos, es decir, reforzar la cohesión del grupo. En la vida salvaje el resultado del aullido de soledad es atraer a los otros integrantes de la jauría; sin embargo, los perros de la ciudad raras veces consiguen que sus propietarios acudan en su búsqueda, sino más bien que los vecinos se enojen.La segunda circunstancia también frecuente en las manadas de lobos acontece cuando el aullido de un individuo estimula a que otros congéneres emitan la misma vocalización con la consiguiente formación de un coro. Esto se debe a un fenómeno denominado "facilitación social": el comportamiento de un animal funciona como estímulo para el desencadenamiento del mismo comportamiento en otros animales. Por eso cuando un perro aúlla frecuentemente es acompañado en su manifestación por el resto de los perros de¡ vecindario. Más aún, en las grandes ciudades es habitual que los perros comiencen a aullar al oír el sonido producido por las sirenas de las ambulancias, los bomberos, etcétera. Esta actitud se debería presuntamente a que los perros interpretan que corresponden a un mensaje emitido por algún congénere.
Los ladridos pueden clasificarse:
Por su tono en:
Roncos o bajos.
Normales o medios.
Agudos o altos.
Por su intensidad:
Alta.
Baja.
Media.
Por el timbre:
Secos.
Prolongados.
Aullidos.
Así, un ladrido puede ser ronco, alto y seco para mostrar, en este caso, la decisión de pelear o defenderse. Los gemidos y gruñidos pueden ser encuadrados entre los ladridos ya que pertenecen al mismo grupo de comunicación fónica de tal forma que, un gruñido ronco, profundo y mantenido suele ser el aviso de una posible defensa sobre todo, si va acompañado de una descubierta de colmillos y/o un erizamiento de las cerdas dorsales. Los gemidos suelen ser utilizados como funciones sociales y expresiones de dolor o alegría. Son las expresiones menos evolucionadas dentro de las comunicaciones de vocalización. Así, unos gemidos acompañados de movimientos horizontales de rabo. Indican siempre alegría o ganas de jugar.
¡Aquí pasa algo!.
Ladridos de tono medio, encadenados y secos. Los utiliza nuestro perro cuando advierte peligro no inminente pero real. Puede ser el aviso de una invasión del territorio.
¡Estoy aburrido!.
Encadenamientos de 4 ó 5 ladridos de tono medio con pausas de 3 ó 4 segundos de intervalo, secos y de intensidad baja. Suelen ser utilizados para llamar a otro congénere que esté lejos. Se producen más entre los especímenes subordinados y afectan a la paciencia del dueño y sus vecinos.
¡Hola, Jefe!.
Ladridos agudos, secos de alta intensidad, cadenas de 1 ó 2. Los acompaña de movimientos horizontales de cola. Parecen 'escopetazos' lanzados a la cara del dominante.
¡Dame agua!.
Un solo ladrido agudo de intensidad alta y seco. Se acompaña de una mirada previa a la cara del Líder y una segunda en la dirección del objeto o recurso que el animal desea. El rabo no descansa mientras se produce esta comunicación.
¡Vamos a jugar!.
Es el mismo ladrido anterior pero encadenado. El perro suele agachar el tren delantero y levantar el trasero. La mirada se fija en el individuo al que llama.
¡Déjame en paz!.
Gruñido de tono normal, de baja intensidad y prolongado. La mirada al receptor se hace de reojo y suele ir acompañada de una incipiente muestra de colmillos. Es el aviso de un dominante hacia un subordinado o cachorro molesto.
¡Ven aquí, cachorro!.
Ladrido de tono alto, intensidad alta y seco. Se lanza aislado, es decir, uno solo y mirando en la dirección del receptor.
¡Estoy asustado pero soy capaz de atacarte!.
Gruñido que se mantiene hasta que se convierte en un ladrido de defensa.
¡No estoy bien en este territorio!...¡Me quiero ir con los míos!.
Comienza en ladrido de aburrimiento para convertirse en aullido suave y prolongado. Es muy normal en razas nórdicas e incluso en los Pastores belgas. Se atribuye a la falta de neotenia. Muchos dueños enseñan el arte de 'cantar' a su perro, mediante el aullido. En estos casos, que ya no son espontáneos, el aullido es una comunicación social o actividad lúdica del perro. Asimismo, en el Lobo, el aullido es empleado para comunicarse a largas distancias y convocar reunión de manada.
¡Esto no me gusta!.
Gemido suave, prolongado de baja intensidad y sonido como ¡Piiiii...Piiiii!. Los dueños de Pastores alemanes lo sufrimos cuando nuestro perro está haciendo algo que le mandamos y él quiere irse a hacer otra cosa. Es una auténtica comunicación de protesta.
¡Invasión real del territorio!. Ladrido de defensa, encadenado y con la cabeza vuelta hacia el peligro. Suele ir acompañado de erizamiento de cerdas dorsales, orejas enhiestas y boca cerrada (mientras no ladra).
¡Me duele, me rindo!. Chillidos que suenan como ¡Yaiii...Yaiiii....Yaiiii!. Con esta comunicación se acaban las peleas entre ellos (por abandono del vencido) o se queja de la inyección 'en hueso' que le administra su dueño.
¡Estoy estresado!.
Jadeo continuo que puede estar acompañado del ¡Piii...Piiii!. Siempre va unida a esta comunicación, una facial, el estiramiento hacia atrás de los labios (parece como si trataran de reírse). Cuándo el jadeo es mas relajado, se acaba el ¡Piiii! los labios vuelven hacia delante y podemos decir el perro está liberando estrés.
¡Se acabó, me relajo definitivamente!.
Gruñido tirando a ronquido, de baja intensidad y largo.
El Display o secuencia son una serie de actos encadenados que nos hacen predecir una conducta compleja.
LADRIDO EXCESIVO
Un amigo muy enojado describió al perro de su vecina como una "máquina de ladrar". Mi amigo continuó, "no importa cuantas veces ellos le dicen al perro que se calme, el perro sigue ladrando. Está volviendo loco a todo el vecindario".Es un hecho de la vida que los perros ladren. Algunos ladridos tienen algún fin, otros responden a un problema en el comportamiento.
El ladrido que responde a un problema en el comportamiento puede ser causa de soledad o aburrimiento. De acuerdo con lo que me contó mi amigo, parece ser que su problema sería la soledad. Este perro vive fuera de la casa y lo dejan mucho tiempo sólo. Cuando ladra, sus dueños lo llaman para que deje de ladrar y lo reprenden. Al hacerlo, le están prestando la atención que el perro busca. Se descubrió que si ladra, los dueños responden a ello y el perro piensa que es un juego.
Cuando la soledad es la causa de un continuo ladrido, prestarle más atención al perro podría resolver el problema. En una situación de familia, incentive a los miembros de la familia a que se turnen y jueguen con el perro y lo lleven a pasear. Cuando dejan al perro solo, proporciónele juguetes para que se entretenga.
A veces prestarle más atención tampoco resuelve el problema. Si un perro ha desarrollado su hábito de ladrar, llene algunas latas con canto rodado. Cuando el perro ladre, arroje la lata cerca de él y diga "tranquilo" de manera terminante. El propósito de arrojar la lata no es lastimar al perro sino asustarlo. Si se reanudan los ladridos, arrójele otra lata y dígale "tranquilo". Retire las latas tan pronto y de una manera que no obstaculice para que el perro no crea que es un juguete. Cuando el perro se acostumbre, su orden "tranquilo" debería detener al ladrido.
Si las latas no funcionan, utilice una pistola de agua y tírele a las patas del perro y a la espalda en combinación con una firme orden de "tranquilo".
Por favor recuerde - cualquier medida para disuadir al perro que deje de ladrar debe ser realizada mientras ladra. Las medidas correctivas posteriores sólo confunden al perro. Utilice una voz fuerte y terminante. Evite el grito que puede resultar estresante para el perro.
Los perros que viven dentro de la casa y se los deja solos pueden sufrir de angustia por separación. Algunos pueden demostrar su temor y resentimiento a través del ladrido. La manera ideal de evitar este problema es entrenar a su cachorro a estar solo. Se pueden aplicar a perros más adultos entrenamientos similares, pero se necesita más tiempo y paciencia. Coloque al cachorro en una habitación por sí mismo. Dígale "tranquilo" y déjelo nuevamente. Si el cachorro está tranquilo por un tiempo corto, regréselo y felicítelo. Prolongue el tiempo y, cada vez que lo regrese, felicítelo por quedarse tranquilo. Con un perro más adulto, puede resultar necesario dejar la casa o departamento ya que el perro puede captar su olor y ser sensible a los ruidos de la familia.
Algunos perros ladran para proteger su territorio y se puede establecer el ciclo "ladrido/recompensa". Un perro ladra a un cartero cuando entrega la correspondencia y se "recompensa" al perro cuando el cartero se retira. Este ladrido/recompensa puede llevar al perro a ladrar a cualquier otro empleado, vecino y transeúnte, lo que para algunas familias puede convertirse en un problema.
Se debería romper el ciclo "ladrido/recompensa". Si fuera posible, se debería presentar el perro a la gente que viene a la casa regularmente. Algunas conversaciones cortas con el personal de servicios o con el cartero mientras el perro está presente podrán resolver el problema.
Un ejemplo de ladrido con un fin identificable es el ladrido de un perro como una invitación a jugar. Esto en combinación con un lenguaje corporal - movimiento de la cola, inclinación de la cabeza hacia bajo y elevación de los cuartos traseros. El perro habitualmente deja de ladrar cuando responden a su invitación y comienza el juego. Si no responden a su invitación, el perro se rinde y generalmente deja de ladrar.
Un perro puede ladrar para amenazar a los intrusos. Este es usualmente un ladrido amenazante y puede estar acompañado de gruñidos. El pelo de la parte trasera y de la cola puede comenzar a erizarse. Según la situación, puede ser necesario retirar al perro a un lugar más seguro o calmarlo suavemente.
Un perro puede ladrar para advertir el peligro a otros perros o a las personas. Este es un ladrido profundo y reiterado. La cola del perro no se mueve está baja hasta el piso y las patas delanteras puede llegar a estar muy separadas. El ladrido generalmente continúa hasta que el peligro cesa o el perro se encuentre seguro.
A veces el dolor o la enfermedad son la causa del ladrido. Si un perro bien educado en su ambiente habitual comienza a ladrar o crea otras formas de vocalización, podría aconsejarse una visita al veterinario.
ConclusiónContar con la cooperación de cada miembro de la familia es importante para controlar el ladrido de un perro así como también todos los otros aspectos del adiestramiento. Las ordenes verbales y las expectativas del comportamiento de su perro deben ser coherentes si quiere ser efectivo.
viernes, 22 de diciembre de 2006
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